Diversidad como motor de transformación
En los sectores de logística, energía y minería, todavía persiste una brecha de género que limita la participación femenina en posiciones de decisión. Sin embargo, esa realidad está cambiando: cada vez más mujeres ocupamos roles estratégicos en operaciones, gerencias y directorios. No es una cuestión de cuota, sino de talento, visión y capacidad de gestión.
El liderazgo femenino aporta perspectivas que enriquecen la toma de decisiones, especialmente en entornos donde la innovación, la sostenibilidad y la seguridad son ejes centrales. La experiencia demuestra que los equipos diversos tienen mayor capacidad de adaptarse, de generar soluciones creativas y de construir consensos duraderos.
La importancia de referentes visibles
Cuando una mujer llega a liderar en un sector históricamente masculinizado, no solo abre una puerta para sí misma: se convierte en referente para toda una generación que busca espejos en los que reconocerse. Mostrar que es posible alcanzar estas posiciones inspira a jóvenes profesionales y estudiantes a animarse a construir sus propias trayectorias en energía, minería o transporte.
En mi caso, asumir la presidencia de una empresa logística en 2025 significó no solo un desafío personal, sino también la posibilidad de demostrar que es viable combinar una mirada empresarial con un liderazgo colaborativo y empático.
El camino por recorrer
Para consolidar este cambio necesitamos políticas activas de formación técnica, programas de mentoría y entornos laborales que valoren la equidad. Apostar a la diversidad no es una cuestión de imagen: impacta directamente en la competitividad, en la capacidad de innovación y en la sostenibilidad de las compañías.
El desafío es seguir construyendo espacios donde las mujeres no seamos una excepción, sino parte natural del liderazgo en sectores estratégicos para el desarrollo argentino y regional.
